jueves, 1 de abril de 2010

Pink Floyd hunde
aún más el futuro de EMI.
La discográfica necesita fondos de forma urgente para sobrevivir.

Es la tormenta perfecta sobre el futuro de la multinacional discográfica EMI. A las pérdidas por la piratería y sus problemas financieros que pueden provocar que acabe en manos de un banco, se une ahora una decisión judicial que pone en peligro sus negocios en Internet. Un imperio como EMI está a punto de hacerse pedazos.
Un juez británico dio ayer la razón al legendario grupo Pink Floyd en su demanda contra la empresa. Los músicos se niegan a que EMI venda por separado sus canciones a través de servicios como iTunes sin su consentimiento.
El contrato original, firmado antes de la existencia de Internet, obligaba a "preservar la integridad artística de los álbumes".
Peter Jenner, que era el representante la banda en esa época, ha dicho a BBC 6 Radio que siempre tuvieron claro el concepto de disco como obra única: “Está claro que en casos como el de Pink Floyd había una coherencia en el álbum. Algunas canciones no se incluían porque no encajaban en ese concepto. Eso era bastante común en los 70 y 80”.
Es una más en una lista de noticias horribles para EMI. Prepara el despido de 2.000 trabajadores y acaba de relevar a su máximo responsable. Los beneficios operativos –ganó 328 millones brutos en el último ejercicio– no son nada comparados con la deuda que arrastra la empresa.
EMI busca dinero y con urgencia. Debe 2.800 millones de euros y si no consigue un préstamo de 130 millones antes de junio, se arriesga a que su principal acreedor, el banco Citigroup, se quede con la compañía.
Sus artistas ya están buscando la puerta de salida. Perdió a Paul McCartney y Radiohead, y los que quedan, que aún son muchos, están descontentos.
El último capítulo de esta decadencia acelerada comenzó cuando EMI fue vendida al fondo de inversiones Terra Firma, especializado en reflotar empresas en apuros.
Su jefe, Guy Hands, no es de los discretos. En una conferencia, presumió de que su estrategia consiste en "buscar las peores empresas en los sectores en situación de crisis". Los empleados vieron confirmados sus temores cuando Hands explicó que EMI era "un caso clásico" de este ejemplo.
Hands es de los 'visionarios'. Traducción: él sabe cómo se hacen las cosas. Puso como ejemplo lo que hizo en la cadena de cines Odeon: "Los directivos pensaban que estaban en el negocio del cine cuando en realidad están en el negocio de las palomitas". No es el tipo de motivación que agradecen los artistas.
El manager de Robbie Williams no tardó mucho en acusar a Sand de comportarse como “el dueño de una plantación de esclavos”.
Sin embargo, las especulaciones sobre su huida no se confirmaron y Williams continúa con EMI, al igual que Coldplay, que tiene previsto sacar su nuevo disco a finales de año. Lo que no saben es qué quedará de la compañía para entonces

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